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viernes, 27 de noviembre de 2015

II

Yo volvía del colegio y era un niño
caminando por la acera de mi barrio
con toda mi conciencia para mí
como un parque recién inaugurado.
Entonces jugaba siempre el mismo juego
en mi mente había un botón
que yo pulsaba.

Los coches se quedaban congelados
los pájaros en pause
los niños a mitad del tobogán
los abuelos a punto de entregar la receta en la farmacia
hasta la lluvia se quedaba suspendida
como si las gotas estuvieran cosidas en el aire.

Entonces yo corría en todas direcciones
me montaba en los coches que me daba la gana
merendaba gratis en las pastelerías
pintaba tonterías en la cara de los señores serios
levantaba la falda a cuadros del misterio
ganaba por una vez mi partida contra el mundo.

Muchos años después  
juego a escribir estos poemas
es el único modo que he encontrado
de pulsar ese botón de vez en cuando.