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jueves, 25 de junio de 2015

Ouija


Yo era el niño más cobarde de mi barrio
y quizá también de mi planeta.
Me mataban de miedo todos los espíritus
que brillaban en la noche inmensa de mis nueve años.
Mira ahí estoy yo
con mi pijama de lágrimas
el que está fabricando un escudo con la sábana
deseando que se haga de día cuanto antes.
.
¿Qué hace un niño rogándole 
al fantasma de su madre
que no se le aparezca?

Pero el miedo también es un país
y tiene límites.
No sospechaba, entonces, que las cosas
tuvieran la extraña costumbre de acabarse.
Se acabó aquel niño asustadizo
y llegó esta angustia con barba y nubarrones.
De aquellos cuervos retorcidos sólo queda
la jaula vacía que son estos poemas.

Hoy puedo ver pelis de terror mientras bostezo
y repaso la clase de mañana.
De vez en cuando cruza un fantasma este salón
y yo saludo pero no hago caso.
Las almas de los muertos  se cansaron de seguirme
desde que empezó a matarme de miedo
precisamente la posibilidad contraria:
que no existieran.


miércoles, 3 de junio de 2015

Habla el vaso de agua


Todos vuestros filósofos intentando descorrer
la cortina inmensa de los cielos
todos vuestros poetas
glosando el periódico estallido de la rosa
investigando el pecho violeta de los atardeceres
todos vuestros científicos fabricando lavadoras.

¿Cuántas bibliotecas, 
cuántas toneladas de neuronas,
cuántas cuerdas vocales, gastadas
en la búsqueda imposible del misterio ?

Si supierais que el secreto estaba en casa
junto al susurro del agua contra el fregadero
entre la asamblea de cucharas y el viejo trapo de cocina .
Si supierais que no hay más verdad que mi vientre oxigenado
ni más metafísica que sentirme descender por la garganta.

Yo, que siempre he sido  fiel  a vuestros labios secos
y vosotros, que
salvo alguna tontería sobre si estoy más lleno que vacío
nunca me decís nada o casi nada.

Tanto rebuscar en las galaxias y los átomos
y yo aquí,
más solo que vosotros en la luna
más dócil que el perro de un anciano
más salvaje que la primera sonrisa de tu hijo.

Os recuerdo todavía vestidos de romanos y vikingos
os he acompañado en las trincheras, en los hospitales
os he ayudado a tragar pastillas y desastres
conozco el empeño que habéis puesto
en inventar el vino , la cerveza,
 y a esa actriz tan presumida llamada Coca-cola…
pero ella no os ve llegar desesperados
los días pegajosos en que tenéis fiebre
o cuando estáis nerviosos como lagartijas
cuando cruzáis con la mirada pequeños Kalaharis
y en vez de corazón tenéis un higo seco 

Solo yo tengo sed de vuestra sed 
y mi sed nunca se acaba
así que miradme ahora
y recordadlo siempre:
en un solo vaso de agua está flotando el mundo
y es el mismo vaso de agua
del que bebéis todos.