que es el color de estas paredes,
y a pegarlos bien a ellas en
silencio.
Voy a meterlos en el infierno de la
tostadora
pero con trajes de bombero
Voy a jugar con ellos de noche
y a esconderlos de día en la nevera,
dentro de los yogures desnatados
o en el humilde cesto de la ropa
sucia.
Voy a guardar mis sueños
en el cuarto de atrás de tu
sonrisa,
y en los bolsillos revueltos de las
noches de verano
Voy a hacer con ellos camaleones
perfectos,
para que cuando llegue el hijoputa
del Tiempo
con su enorme barriga a devorarlos
por una vez se trague
alguna otra cosa diferente:
esta piedra gigantesca de los lunes
por ponerle algún ejemplo.
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