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domingo, 11 de septiembre de 2016

Regalando amor


En el sueño yo tenía tanto amor
que decidía repartirlo
salía a la calle para intentar polinizar con besos
un campo de amapolas
susurraba canciones a los gatos
y saludaba a los perros con el mismo ritual
con el que ellos saludan a sus amos.

Hacía cosquillas a las ramas de los árboles
y daba un masaje en los pies a los semáforos.
Visitaba a las farolas pobrecitas
que no se pueden mover
y les contaba historias de farolas rebeldes y viajeras.

En el sueño yo era  Cupido con barba y pantalones
hacía que las cebollas lloraran de la risa
sacaba a bailar swing a las palomas
abrazaba a todos los girasoles por la noche
cuando están  más tristes
y escribía cartas de amor a las cucharas.

En el sueño tenía tanto amor que empezaba a repartirlo
y era capaz de engendrar en la belleza.
En mi sueño el guepardo, la gacela y yo
nos comprábamos una casita junto al río.

Cuando el surtidor de gasolina
me decía han sido treinta litros de diésel
yo le respondía: “ te quiero tanto”

Iba a la pescadería
y les cerraba los ojos a todas las lubinas
y a los boquerones les contaba un cuento
y le daba las buenas noches al café soluble.

En el sueño yo sembraba amor y más amor
tenía tanto amor que decidía repartirlo.
Luego me despertaba
y volvía a ser este imbécil
incapaz de demostrar amor
por todo lo que de verdad me importa. 

1 comentario:

  1. Te olvidaste del amor que das,sin querer. Y sin poder evitarlo.
    Tengo tu libro manchado de dedos y de ojos. ¡Un abrazo!

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