¡Intelijencia,
dame el nombre exacto de las cosas¡
Justo cuando estoy a un paso
de Mallarmé, de Rilke,
de Celan, de pasmar a Gamoneda.
A punto de encontrar
el verso etéreo, preciso,
ultraterreno. Muy cerca de horadar
la cáscara de luz del universo, cuando estoy a esto
de hipostasiarme un poco con el Uno de Plotino,
cuando voy a resumir a
Heidegger en dos versículos
o estoy tan casi Juan Ramón que no me aguanto…
Justo entonces
me vienes tú a la mente
partiendo una cebolla
o hablando por el móvil con
tu madre…
y a mí, no sé por qué,
me fascinaba oír aquellas charlas,
en fin me pongo a recordar
esas sandeces.
y por vuestra culpa el mundo
está perdiendo un gran poeta
no sé si tú,
tu madre
y las cebollas
sois conscientes.
Ojalá llegue el día en el que pueda entender todos los nombres ´raros` que salen en este escrito tuyo. Pero para acelerar ese proceso, probaré a buscarlos en google ;).
ResponderEliminarEntonces te consideras gran poeta?? (uyyy qué creído). NO SÉ YO... Sí, yo te lo considero, me ha gustado de lo que hablas y me encanta el final.
Siento que tu blog tenga un comentario de una persona que no entiende en su totalidad el poema, pero creo que es este hecho lo que me hará pensar en este poema más veces que en aquellos que haya entendido... :) ¡Buen trabajo!
Pues yo,Miguel, no lo siento, yo me alegro de que mi blog tenga un comentario de un tío con tanto talento como tú. Actualiza el tuyo¡¡¡
EliminarGenial. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias, Amando. Te sigo.
EliminarMe gustó ayer oído y me gusta ahora leído. Nos vemos,
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