“Dios le dijo al hombre que podía tomar los
animales
que necesitara, solo hasta
encontrar una mejor solución”.
Francisco
de Asís
Ir a decirle al tigre que no
se raye
y a la cebra lo mismo
pero que deje de alfombrar los atropellos
Al oso ya está bien de hibernación
que se le envidia.
Hablar un rato con los
marsupiales
para proponerles un modo
menos marsupial
e igual de humano.
A las hienas que nos cuenten
el chiste verde de la
muerte,
que nos lo expliquen
aunque pierda gracia.
Conversar con las ballenas
y en balleno
llorar por los caídos de
ambos bandos.
Con el perro hablar de amor
y a la medusa
seguirle la corriente.
Escribir un réquiem a la
luna
entre los lobos
y aprender virilidad con las
leonas.
En el caso del gusano y los
anélidos
por encima de fronteras y
taxones
compartir diabólicas manzanas
en un cuenco.
Postrarse ante el caballo
agradecidos
y decirles la verdad,
que siempre fueron por
delante.
Pedir perdón a las gallinas
y a las vacas resarcirlas
con mil toros sementales.
Con las aves y murciélagos
del cielo
se alargará la cena
y se recogerán las plumas
discutiendo hasta que cambie
el viento.
Si se tiene la extraña
oportunidad
y si es posible
hablar con un ornitorrinco
de mamífero a mamífero
extraviado.
Con los monos y primates superiores
tantas cosas
que requieren tiempo
Celebrar la navidad, los
carnavales
Leer las odas de Neruda subidos
en palmeras
Contrastar los kamasutras
Recoger flores del mal
Matar a Dios.
Después de todo esto
cuando venga el hombre
saludar sinceramente,
y a otra cosa
mariposa
por ejemplo.
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