Todas las noches lentamente
pasan las galaxias, las estrellas,
los cometas
con sus luminosos vestidos de cola
pomposamente engalanados
insondablemente bellos,
inabarcables, infinitos…
pero ahora que no nos oyen
a mí tampoco me parecen muy…
¿cómo decirlo…?
no me parecen muy espabilados.
No piensan en nada y siguen dando vueltas
pregúntale a un cometa qué carajo
es un cometa
te va a responder lo mismo que el
caballo de un tiovivo.
El Universo en su conjunto lleva
toda la razón del mundo
pero ni siquiera sabe que la lleva.
Yo sin embargo aunque me equivoco
todo el tiempo
y cada vez tengo más tripa
aquí tirado en mi sillón
al menos en este mismo instante
sé que estoy aquí tirado
en mi sillón.
¡Supera eso, Universo!
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