¡Intelijencia,
dame el nombre exacto de las cosas¡
Justo cuando estoy a un paso
de Mallarmé, de Rilke,
de Celan, de pasmar a Gamoneda.
A punto de encontrar
el verso etéreo, preciso,
ultraterreno. Muy cerca de horadar
la cáscara de luz del universo, cuando estoy a esto
de hipostasiarme un poco con el Uno de Plotino,
cuando voy a resumir a
Heidegger en dos versículos
o estoy tan casi Juan Ramón que no me aguanto…
Justo entonces
me vienes tú a la mente
partiendo una cebolla
o hablando por el móvil con
tu madre…
y a mí, no sé por qué,
me fascinaba oír aquellas charlas,
en fin me pongo a recordar
esas sandeces.
y por vuestra culpa el mundo
está perdiendo un gran poeta
no sé si tú,
tu madre
y las cebollas
sois conscientes.