Mirlos,
alondras, ruiseñores
gaviotas,
palomas y vencejos
cuervos,
albatros, golondrinas
águilas,
petirrojos y hasta buitres
sobrevuelan la historia de la literatura
esdrújulos
y azules
negros
en
oscuros alambres de palabras
pájaros
escritos en poemas
Cosidos
a la jaula de los versos
aquí
están picoteando una metáfora
allí
aleteando alrededor del folio
llenando
de plumas y gorjeos
el
margen de las rimas asonantes
colocando
mierda blanca
en
el negro palomar de las anáforas
Los
pájaros escritos en poemas
atravesadas
sus alas
con
el gris alfiler de un adjetivo
Sus
cantos libertarios
su
vuelo de fantástico esqueleto
su
torpe andar entre los marineros.
Los
pájaros de tinta que a veces
la
libertad, la huida, la muerte, el sueño, los recuerdos
los pájaros de tinta que a veces la vida, la poesía, la verdad
y a
veces el jilguero de tu nuca.
Hoy
mientras escribo esto
un
gorrión soberbio y urbanita
llegado
de la triste realidad hasta este verso
(de
los que entran en mi casa cada tanto
a
desordenar los platos
a
picar el pan y cagarse encima de la
fruta),
me
ha confesado que están hartos
de
tanta personificación y metonimia
que
nosotros no salimos en sus vuelos.
Yo
le he dicho basta de robar
o de
ensuciarme la cocina,
no
recuerdo.
Después
la tarde se ha largado
ajena
en su camino de mentiras
y cada uno ha vuelto a la batalla de su
especie
comer,
beber, volar
y
elevar una sórdida canción
que
jamás escucha el cielo.