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jueves, 24 de mayo de 2012

Dieta mental


Del salón en el ángulo oscuro
de su dueño tal vez olvidada 
silenciosa y cubierta de polvo
veíase mi play station 3.
Fue el mejor regalo
de mis veintipico inviernos
y ahora mírala, muerta
abatida como una urraca
en mitad de mi salón.
Lo malo de los vicios es
cuando no dejan espacio para otros.
Por eso pienso dejar de leer
estos libros absurdos de poesía
porque van pariendo por la noche 
por todos los rincones de mi casa,
como gatas poseídas.
Acabar con estos libros
que pido por correo y cuando llegan
ponen huevos en la herida de mi frente.
Estos libros que no salvaron
a Baudelaire ni a Lorca
ni por supuesto a la mujer de William Burroughs
ni al raro de  Girondo
que se encontraba metáforas
correteando por el cuarto de la plancha.
Estos libros,
son la tumba de los hombres  tristes
que no saben trabajar, comer, dormir
y tirarse a su mujer como dios manda.
Deshacerme de ellos,
antes de que se haga tarde
o vender la play station
para comprarme un perro.





3 comentarios:

  1. Me gusta, si.....me gusta este poema....pero no tires los libros de poesía....pueden compartirse sus lecturas con muchas otras cosas.

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  2. Aja,yo ya lo hice y no lo recomiendo. Los fantasmas vuelven.
    Me ha mas-alla-de-encantado

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  3. Una buena actualización del clásico en estos tiempos de pantallas múltiples. Un abrazo

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