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martes, 9 de octubre de 2012

¡Qué le pasa al tiempo?



Cuando ella se quedaba
dormida la primera,  
yo  deslizaba
sigilosamente su brazo
para separarlo de mi pecho,
respirar tranquilo
y disfrutar mi soledad
contra la sábana.
Esta noche sin embargo
entregaría un pulmón  y medio
o algún año de mi vida
por regresar su brazo
al sótano sin luz de mis costillas.
Vivir consiste,
básicamente,
en sostener
esa esquizofrenia.


3 comentarios:

  1. Me ha encantado.

    Cada palabra, cada soplo de pulmón, cada palomita que salta de esa bipolaridad.

    Me encanta!

    Un besito.

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  2. Bueno, siempre luchamos contra esas contrariedades....cuando tenemos no apreciamos su valía...cuando desaparece eso que teníamos, también lo hace parte de nuestra vida...Debe ser la condición humana.
    Me ha gustado mucho...esa segunda parte...
    M.

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  3. Por Dios (o por Zeus), no pares nunca de hacer poesía.

    Un saludo, Miguel.

    De un ex-asiduo a tu entorno vital.
    The Citizen.

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