Las
cosas son las cosas 
y
no hay mucho más misterio
la
piedra 
cada
mañana se coloca su disfraz de piedra 
y
sigue el guión a rajatabla 
no
improvisa
pero
es imposible hacer tan bien de piedra 
como
lo hace ella. 
Las
paredes de esta casa 
no
echan de menos a los inquilinos antiguos
el
cuchillo duerme a pierna suelta en el cajón 
y
no sueña con bañarse desnudo
en
la sopa de verduras. 
No
esconde dudas existenciales mi zapato
y
la silla no se siente abandonada cuando me levanto.
El
paraguas negro 
no
tiene complejo de pingüino
y
el pingüino 
se
conforma con vivir apingüinado. 
Las
cosas son lo que son 
y
están tranquilas en ese límite 
sólo
yo de entre todos los seres de este pequeño mundo
me
muero por salir de mi frontera 
por
ser algo más que yo.  
Solamente
yo estaría dispuesto a dar un brazo
una
pierna, un par de primaveras
cualquier
cosa  
por
saber en este mismo instante
qué
será de mí cuando yo no sea
qué
comienza donde yo me acabo
qué
demonios se siente
siendo
tú.
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